Gran Hermano: Santiago "Tato" Algorta se consagró campeón del reality

En una noche llena de emoción, y luego de meses de expectativa, este martes, Gran Hermano (Telefe) puso punto final a una nueva edición y dio a conocer a su flamante ganador. Después de una dura competencia, Ulises Apóstolo, Santiago Tato Algorta y Luz Tito llegaban como los tres flamantes finalistas, sin embargo, solo uno se podía quedar con el premio.

 
“Chicos, antes de conocer esto, les quiero agradecer por todo el recorrido, por su valentía por estar ahí, están estoicos. Llegaron hasta acá y esto casi es una anécdota hoy. Tercer puesto de esta edición, abandona la casa más famosa, Luz. Te felicito reina”, dijo Santiago del Moro mientras mostraba a cámara el sobre con la imagen de la joven.

Una vez que la joven llegó al estudio, el conductor comentó que la jugadora había logrado el 25,5% de los votos. “Estos premios son para vos, 11 millones de pesos, una casa, una moto, un año de cerveza”, afirmó la figura de la tele al recibir a la jujeña.

Segundos después, Santiago del Moro volvió a ingresar virtualmente a la casa de Gran Hermano para anunciar al ganador de la edición. Ante la expectativa de los participantes, el conductor tomó el sobre en su mano y dijo: “Campeón de Gran Hermano Tato. Cerramos esta aventura con Tato campeón”.

Inmediatamente, el uruguayo explotó de emoción y comenzó a correr por toda la casa. Aún así su festejo fue medido, teniendo en cuenta la desilusión del cordobés. “Felicitaciones, muy merecido, nos vemos afuera. Gracias Argentina, gracias mi Córdoba amada, gracias por restar conmigo. Voy a recorrer por última vez esta casa que tantas alegrías me dio. Gracias por acompañarme. Soy lo que soy por ustedes. Que sea lo que Dios quiera y que me reciban bien”, dijo Apóstolo al retirarse del lugar.

Una vez que Ulises atravesó la puerta, Tato se sintió en libertad para festejar. “¿Qué?No puede ser, wow, vamos, estoy solo acá. Vamos, dale campeón. Gracias Argentina, gracias, qué país hermoso. Dale campeón. Gracias Argentina, gracias por esta oportunidad, no estoy cayendo, no lo estoy procesando. Gracias Uruguay también. Vamos Peñarol también. Y vamos el tridente“, gritó el uruguayo mientras corría la casa, se colgaba de las paredes del jardín y festejaba su título.

Antes de recibir a Ulises en la casa, del Moro mostró los últimos porcentajes. Así, el sobre reflejó que Algorta se impuso con el 62,8% de los votos contra el 37,2% del cordobés. Más allá de esto, cuando el joven entró al estudio todo se convirtió en alegría. La primera en recibirlo fue Chiara, quien se arrodilló ante él. Al verla, Apóstolo le dio un beso en la boca.

Luego de esta emoción del Moro lo recibió y le comunicó los premios que había obtenido luego de su paso por el programa: “La casa, una moto, un año de cerveza y 23 millones de pesos”. Mientras, tanto, en el interior de la casa, Tato buscaba calmarse, dando vueltas por todo el lugar. Fue entonces cuando el Big le habló y le dijo: “Cada uno de los jugadores que pasaron por esta casa, soñaron con este momento, apagar las luces. Solo lo logra uno, hoy te toca a vos. ¿Estás listo?”.

Mientras el uruguayo observaba como cada ambiente de la casa se iba apagando, la voz de Gran Hermano le decía: “Desde el 2 de diciembre te mostraste siempre como un gran líder. Fuiste un jugador analítico, provocador y muy inteligente. No solo fuiste el mejor, también supiste destacar los valores de la amistad. Es hora del reencuentro con la hermosa vida que te espera afuera. Te deseo lo mejor”.

Por último, del Moro recordó la próxima edición del reality, y si bien no anunció una fecha, destacó que pronto se conocerán más detalles de “Gran Hermano generación dorada”.

Minutos más tarde, Santiago Algorta ingresó al estudio en una explosión de euforia. El joven entró a los saltos, con la bandera de Uruguay atada a sus hombros. Al llegar, del Moro lo recibió con un abrazo y le entregó los mismos premios que a sus compañeros, con la diferencia de que el joven ganó 85 millones de pesos. Al cerrar el programa, el ganador corrió a abrazar a sus seres queridos en la tribuna.